Q u é c h i c a
A mí no me gustaba por la misma razón que a los demás…
Estaba ella tan orgullosa de su cintura y sus lindas nalgas que no se dio cuenta de las cosas maravillosas que nunca cuidó tanto como a su ajustada indumentaria.
Era en su superficie divertida, un poco humana… casi pude ver algún día en la intimidad lo bello de su personalidad… lo atractivo de su silencio, lo humedad de sus anhelos y lo terso de su sonrisa sincera… casi…
Pero más adentro, allá en el fondo de su mar, en las presiones y las corrientes intempestivas de su verdadera esencia, era mucho más que eso.
No parecía estar al tanto de tal cosa, la comprendo, nunca pareció necesario. Vivió y se fue convencida de que aun siendo menos, merecía más.
Si hubiera descubierto sus propios secretos antes igual se hubiera ido, nada la detenía se habría ido estoy seguro, pero quizá habría aprendido a quererse más de lo que se gustaba, permitiendo a los demás quererla más de lo que la deseaban.